FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

ISBN 957 950 34 0658 8

Usted está aquí: Inicio Producciones especiales Música Hacia el período de entreguerras

Hacia el período de entreguerras

Producciones Especiales - Sonidos Modernos - Carpeta 1

LA ERA DEL IMPERIO (1873-1941/1918)

Hacia el período de entreguerras

Dado que la música de la era del imperio (1873-1914/18) vive una suerte de encrucijada en la que conviven la herencia del pasado romántico con la conciencia de su agotamiento y drásticos impulsos de renovación, hemos limitado las estéticas abordadas a aquellas que evocan tanto una intencionalidad consciente de ruptura como un diálogo con la historia musical europea que las precede. Forzosamente, entonces, excluimos un sinnúmero de autores importantes y una gran cantidad de tendencias: los orígenes del jazz y el tango, el verismo y el futurismo italianos, la pervivencia del propio romanticismo, la primera generación de nacionalistas latinoamericanos, etcétera.

No podemos obviar, en consecuencia, que aun cuando las tratemos a posteriori, muchas de las principales características e innovaciones del siglo xx ulteriores al imperialismo en realidad tienen su origen en él, y discurren en paralelo a las vanguardias.

Por ejemplo, una obra tan radical como The Unanswered Question de Charles Ives, fue escrita en 1906. El castillo de Barba Azul, de Béla Bartók, en 1911. El tango El choclo, de Villoldo, al igual que Madame Butterfly, de Puccini, en 1903.

Vemos así como, lejos del epicentro europeo, la escisión de prácticas y tendencias cada vez más divergentes se vuelve aún más evidente en la música del norteamericano Charles Ives (1874 - 1954). Su obra nos brinda un temprano anticipo de un devenir impensable en el siglo xix: la posibilidad de la coexistencia de temporalidades y estilos musicales divergentes en una misma composición. Semejante heterofonía rompe tan drásticamente con la noción de unidad entre forma y contenido propia de los estilos precedentes que, a pesar de ser un punto de referencia relativo para los innovadores norteamericanos de mediados de 1920, solo después de 1950 comenzarán a valorarse sus dimensiones y alcances.

Al mismo tiempo, y en estrecha vinculación con una incipiente industria discográfica, músicas populares y folclóricas siguen sus propios caminos, desligándose de las estéticas “cultas” a las cuales suelen proveer de material y de las cuales –a veces– adoptan recursos y procedimientos compositivos. La frontera es siempre problemática, pero lo que es indudable es que con los inicios del siglo xx comienzan estas producciones un tránsito desconocido: ya no solo musicalizarán bailes, bodas, desfiles y prostíbulos, sino que devendrán objeto de contemplación estética, a la par de las así llamadas músicas “cultas” o “académicas”. Pero se trata de un tránsito paulatino, que de ninguna manera puede limitarse a esta, su etapa de origen.

Paradójicamente, después del quiebre del paradigma tonal, los representantes de las vanguardias procurarán resignificar sus experiencias, ordenar sus innovaciones y restaurar algunas tradiciones perdidas, repentinamente añoradas. Mientras las corrientes periféricas siguen un camino de constante innovación, el mainstream europeo se acerca cada vez más al neoclasicismo...


Acciones de Documento