FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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La experiencia de Chicago

Producciones especiales - Arquitectura y Urbanismo

LA ERA DEL IMPERIO (1873-1941/1918)


La experiencia de Chicago


Durante la primera mitad del siglo XIX los Estados Unidos comenzaron a tener un mayor impacto cultural en Europa. El intenso desarrollo urbano en el territorio norteamericano comenzó a producir nuevas escalas y fórmulas cuyos ejemplos van desde los nuevos Parlamentos estatales o los espaciosos hoteles, hasta el diseño de las modernas prisiones. Pensadores y arquitectos europeos comenzaron a tomar nota de algunas de estas novedades. No obstante, desde 1850 en adelante fue notable la influencia estilística francesa en casi todos los grandes edificios construidos en suelo estadounidense. Esto fue especialmente visible en Nueva York y Chicago, donde la impronta británica daba paso al academicismo europeo continental. Pero la vertiginosa transformación urbana que estas ciudades experimentan a fines del siglo XIX las convertirá en metrópolis pioneras. Aparece en ellas lo que terminó siendo la más sensacional exportación urbanística norteamericana a Europa y al mundo: el rascacielos.


Dibujo a vuelo de pájaro de Chicago






DIBUJO A VUELO DE PÁJARO DE CHICAGO EN 1860: UNA CIUDAD TODAVÍA PLANA


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El explosivo crecimiento del pantanoso y nada extraordinario puerto de Chicago se debió fundamentalmente a su ubicación: cuando en 1848 se construyeron dos canales que conectaron la región de los grandes lagos del norte con la cuenca del Mississippi –es decir, los dos grandes sistemas fluviales norteamericanos– el tráfico comercial se disparó. Chicago, que ya era la parada obligada en la ruta hacia el este, se proyectó entonces hacia el sur. En paralelo, los financistas de la costa este apostaron por construir en el Midwest un imperio comercial conectado a Nueva York y Boston mediante el ferrocarril. Para 1856 Chicago era ya la terminal de diez líneas de carga y el centro de un fenomenal intercambio fluvial. Cientos de miles de inmigrantes llegaban cada año a emplearse en el procesamiento, envasado y exportación de trigo, madera y ganadería. Muelles, elevadores de granos, aserraderos, talleres y mataderos cambiaron radicalmente el paisaje urbano en torno al río Chicago, mientras su población pasaba de aproximadamente 200 pioneros en 1833 a 1.099.850 habitantes en 1890. Sin duda estamos ante uno de los crecimientos urbanos más rápidos de toda la historia.  fuente

El vertiginoso desarrollo provocó que las construcciones fueran muy sencillas: listones de madera sobre un zócalo cimentado, con techos, puertas y ventanas de madera. Incluso algunas veredas eran de madera y también el pavimento de las calles. El gran incendio de 1871 arrasó con todo el centro de la ciudad y se extendió hacia  las viviendas y mansiones ubicadas al norte del centro. La catástrofe  ocasionó la pérdida de todos los edificios institucionales y un tercio de la población se quedó sin hogar. Sin embargo nueve años más tarde era la cuarta ciudad del país y comenzaban a desarrollarse importantes industrias.

La asombrosa reconstrucción en buena medida estuvo garantizada por la excepcional concentración de capital que la ciudad había generado. El famoso Loop (circuito) del área central de Chicago (denominado así a partir de 1882, cuando los principales bloques del distrito comercial y financiero quedaron encerrados por las vías del ferrocarril elevado) suscitó una tremenda especulación sobre sus escasos lotes. De 1880 a 1890 el valor de la propiedad en el Loop se elevó entre un 600% y un 700%, el mercado inmobiliario sacó el mayor provecho de esta coyuntura a través de una original innovación: la erección de los primeros rascacielos. Nuevos sistemas de construcción basados en el hierro y el acero, sumados a los trabajos de un conjunto de arquitectos e ingenieros con amplios conocimientos técnicos y artísticos, y dispuestos a experimentar, dieron lugar a la Escuela de Chicago. Al tener que soportar menos peso los cimientos se aligeraron y se evitaron los muros gruesos que servían de basamento. Esto habilitó el aprovechamiento de las plantas bajas como grandes vidrieras comerciales, en coincidencia con la adopción de un esqueleto de acero (recubierto por una capa de hormigón para protegerlo del fuego) que permitía la construcción en altura y la popularización del modelo de ascensor eléctrico ideado por Elisha Otis. De ocho o nueve pisos, los primeros rascacielos de Chicago no fueron más que anchas superficies acristaladas y delgados entramados metálicos desprovistos de gran ornamentación. La imagen funcional que proyectaban constituía la gran diferencia con la experiencia neoyorkina, donde los edificios en altura adoptaban diversos lenguajes historicistas.


Primeros rascacielos









PRIMEROS RASCACIELOS


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EL EDIFICIO DISEÑADO POR WILLIAM LE BARON JENNEY EN 1884 PARA LA COMPAÑÍA DE SEGUROS HOME INSURANCE FUE EL PRIMERO EN EL MUNDO CUYA FACHADA QUEDABA REDUCIDA A UNA MERA CORTINA DE ACERO Y HIERRO, SOSTENIDA POR LOS MUROS INTERNOS. FUE DEMOLIDO EN 1931


“Arquitectura para la democracia” parecía ser el lema de los arquitectos que –como Sullivan, Burnham, Holabird, Roche, Edelmann y otros miembros de la Escuela de Chicago– pretendían reflejar con sus obras la realidad política y económica de los Estados Unidos. Para Louis Sullivan, que un banco fuera proyectado en el lenguaje de la Roma imperial era tan ridículo como pretender que el banquero vistiera una toga. De ahí que en sus obras no buscaran inspiración en el pasado europeo o la arquitectura colonial sino en la creencia de que la arquitectura debía celebrar su propia época; una época dominada por la tecnología, la industria y la democracia. Es significativo que las principales realizaciones de esta corriente fueran oficinas, escuelas, cafés, salas de concierto, hoteles, teatros y cervecerías: una arquitectura pública para una ciudad en cuyo espíritu la tradición puritana no tenía un peso fuerte y disfrutaba de la música, el baile y el teatro. nota


Una ciudad dentro de la ciudad








UNA CIUDAD DENTRO DE LA CIUDAD

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CORTE TRANSVERSAL DEL AUDITORIUM BUILDING (ADLER Y SULLIVAN, 1886/1889). SUS DIEZ PISOS LO CONVIRTIERON EN EL EDIFICIO MÁS ALTO DE ESTADOS UNIDOS. UNA MISMA ESTRUCTURA INCORPORABA TRES USOS DIFERENCIADOS. SOBRE EL FRENTE Y EN UNO DE SUS LATERALES SE DISPUSIERON LAS 400 HABITACIONES CON VISTA AL LAGO DEL HOTEL AUDITORIUM. LA TORRE Y EL OTRO LATERAL SE DESTINARON A 136 OFICINAS COMERCIALES. Y EN EL CENTRO DEL EDIFICIO SE UBICÓ EL TEATRO MÁS GRANDE DEL PAÍS. NACE AQUÍ EL CONCEPTO DE “CITY WITHIN A CITY” (UNA CIUDAD DENTRO DE LA CIUDAD) QUE GUIARÁ A MUCHOS DE ESTOS PROYECTOS EN ALTURA.


El primer boom de los rascacielos duró solo dos años y en 1893 fueron prohibidos por ley los edificios de más de 10 pisos. La justicia se hizo eco de varias voces: los propietarios de los terrenos inmediatamente contiguos al Loop exigían que la expansión de la ciudad se diera en un sentido horizontal y no vertical; los propietarios de los rascacielos existentes pretendían asegurarse el monopolio de la renta y evitar la futura competencia; y los propietarios de lotes sin edificar objetaban que se los cargara de impuestos sobre la base de la posibilidad de encarar una construcción en altura. Las rentas cayeron debido a la oferta excesiva de espacio hasta que el ciclo se reinició, y en 1902 se elevaron los límites de altura permitida. A partir de allí los ciclos se repitieron, a veces acompañando los vaivenes económicos, otras veces por causas propias del mercado inmobiliario que se instala, fruto de la experiencia de Chicago, como una variable fundamental en las finanzas norteamericanas.


Chicago en 1909








CHICAGO EN 1909: EL RITMO FRENÉTICO DE UNA METRÓPOLI MODERNA


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Correspondió a la segunda generación de arquitectos de la Escuela de Chicago revolucionar el diseño doméstico. La obra de Frank Lloyd Wright modificó la manera de concebir las casas y cómo vivir en ellas. La primera etapa de su carrera (Escuela de la Pradera) se desarrolló en Oak Park, un tranquilo y arbolado suburbio que la poderosa burguesía de Chicago había elegido como área residencial, siguiendo la idea del Park Movement. Fue allí que Wright dinamitó la concepción victoriana de la casa entendida como una caja organizada en torno a una escalera que se eleva hacia arriba. También arrasó con el proyecto de simetría y borró todo indicador del prestigio y posición del propietario (entre otras cosas, desaparece el portal de honor que caracterizaba a la mansión urbana: en las casas de Wright nunca se sabe bien dónde está ubicado el acceso). Las amplias praderas del Midwest en las que había vivido de niño le inspiraron la horizontalidad de las plantas, muchas veces dispuestas en cruz en torno a una ancha chimenea. Los tejados, lisos, se prolongaron como alas formando pórticos; los muros se extendieron por el jardín reforzando la horizontalidad. Los interiores ya no fueron concebidos como espacios aislados y cerrados: cada habitación se abría a las demás. Largos ventanales continuos, que incluían detalles geométricos de color inspirados en las culturas maya y japonesa, permitían el paso de la luz. Acero, hormigón y terracota fueron los materiales empleados. Una temprana publicación alemana dio a conocer la obra de Frank Lloyd Wright en 1909 y rápidamente algunos profesionales europeos adoptaron sus ideas.


Casa Robie





CASA ROBIE (1906)

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DISEÑADA PARA EL INDUSTRIAL FREDERICK ROBIE, FUE CONSTRUIDA CON CEMENTO, LADRILLO, VIDRIO Y ACERO, Y ESTÁ CONSIDERADA LA QUINTAESENCIA DE LAS OBRAS DE WRIGHT DURANTE ESTE PERÍODO, ADEMÁS DE UNO DE LOS DIEZ EDIFICIOS MÁS IMPORTANTES CONSTRUIDOS EN LOS ESTADOS UNIDOS


Si bien el punto de contacto cultural entre Europa y Estados Unidos se concentraba en Nueva York, Chicago se constituyó en el extraño caso de una metrópolis interior que sin ser capital política encontró sus soluciones propias y su desarrollo particular. Un centro de experimentación de la modernidad que no solamente cambió la arquitectura y el urbanismo sino también la idea de la economía urbana.


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