VALORES ESTÉTICOS E IDEOLOGÍA PERSONAL: UN TERRENO ESCABROSO
VALORES ESTÉTICOS E IDEOLOGÍA PERSONAL: UN TERRENO ESCABROSO
Hoy en día aún pareciera prevalecer entre los historiadores de la música la idea que en el año 2005 sintetizara el musicólogo norteamericano Richard Tarushkin: “no es la técnica la portadora de ideología, sino quienes la llevan a cabo”. El análisis musical, entonces, puede desentrañar aspectos ideológicos de la obra, pero el juicio sobre la misma continúa dependiendo de una valoración estética. Desde otra óptica, el compositor, docente y musicólogo uruguayo Coriún Aharonián (1940) nos habla de una “ética del componer”, a partir de cómo el músico se posiciona en –y se apropia de– la cultura de la que es parte, y de qué manera hace su trabajo en consecuencia. Aquí, el valor estético de la obra se subordina a su contenido ideológico. En ambos casos, el problema de la relación entre poiesis y estesis permanece irresuelto.