FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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Impresionismo(s). Pintura y temas modernos en el cambio de siglo

 

 

Se suele asociar el estilo conocido como Impresionismo con la pintura francesa. En efecto, este movimiento pictórico centrado en el estudio casi científico de la luz y sus variaciones, pero también en la representación de la vida moderna, tuvo su epicentro en el París del último cuarto del siglo XIX. Sin embargo, las técnicas y procedimientos que desarrollaron esos artistas franceses fueron objeto de apropiaciones y usos heterogéneos por parte de artistas de diversos puntos del globo. Los nuevos sistemas de becas de formación en el exterior y el atractivo de Europa en general y del París de la belle époque en particular favorecieron los viajes de estudio de artistas visuales. La Ciudad-luz aparecía como un repositorio de herramientas para dar forma a imágenes modernas que tuvieran una incidencia significativa en los respectivos lugares de origen. Buenos Aires no fue una excepción en este sentido. A partir de una selección en términos de estilo, es decir de modos de pintar, en este texto intentaremos poner en relación producciones parecidas y a la vez bien diferentes, como las de los argentinos Martín Malharro y Pío Collivadino, por un lado, y las de los franceses Claude Monet, Auguste Renoir y Georges Seurat, por el otro. Estas comparaciones cruzadas facilitan la comprensión de los cambios estilísticos y temáticos introducidos por los artistas. A la vez, puesto que todos usaron procedimientos similares y obtuvieron resultados diferentes, la comparación también permite advertir que no es viable plantear vínculos demasiado directos entre arte y contexto social y político, o entre estilos y temas de la pintura. La renovada historia social del arte no propone analizar la pintura como creación aislada de las sociedades en las que fue realizada, sino que apunta a encontrar la especificidad de los vínculos entre las producciones artísticas y los contextos de producción y circulación de esas imágenes.

Dejando de lado la idea tradicional de que los artistas argentinos trabajaron bajo la “influencia” de los europeos, la historiografía más reciente tiende a pensar que los pintores y escultores nacionales eligieron y combinaron ciertos procedimientos y modos de representar en función de objetivos propios y de coyunturas locales. En este uso selectivo no solo siguieron su predilección personal y sus convicciones políticas sino que, por medio de las imágenes, también aportaron a la representación de su ciudad, del país o de la “identidad nacional’. Para comprender cuáles fueron esos procedimientos o modos de pintar, iremos en orden cronológico y comenzaremos por los pintores franceses.

 

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