FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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El Muro en Cisjordania

III. La imposición y crisis del neoliberalismo en el Tercer Mundo


En octubre de 1999, el primer ministro laborista Ehud Barak comenzó las consultas sobre una futura "separación" de los palestinos mediante un cerco de seguridad. Después del fracaso de las negociaciones de Camp David (julio de 2000) y la sangrienta oleada de violencia que trajo consigo el inicio de la Segunda Intifada, según el ministro, era preciso  levantar barreras que impidan la entrada de terroristas suicidas y de otros agresores. Barak retomaba una idea que había barajada en los años 90 por su antecesor, Isaac Rabin. A fines de 2000, Barak aprobó el primer proyecto para construir una valla fortificada de 74 kilómetros a lo largo de la línea verde.

La construcción del muro comenzó en junio de 2002 bajo el Gobierno de Ariel Sharon La obra incluía la confiscación de tierras y la destrucción de miles de olivos cerca del pueblo de Salem, al norte de Israel, y al oeste de la localidad cisjordana de Jenín. En septiembre: el gobierno israelí decidió que la tumba de la matriarca bíblica Raquel, situada en el distrito cisjordano de Belén, quedase bajo su soberanía, esto supuso la anexión del 25% del territorio de la ciudad bíblica.

En octubre del año siguiente se aprobó el trazado de la segunda fase del muro (195 kilómetros), a diferencia del tramo anterior esta sección incluirá dentro de la zona israelí de protección a varios asentamientos judíos, hasta 20 kilómetros dentro de Cisjordania.

El 9 de noviembre (aniversario de la caída del Muro de Berlín), la población palestina se movilizó contra la "valla de separación" y en varios países hubo concentraciones solidarias.

En diciembre, la Asamblea General de la ONU pidió al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya que se pronuncie sobre la legalidad de la construcción de un muro. En abril de 2004, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU adoptó una resolución por 27 votos a favor, 24 abstenciones y 2 en contra (Estados Unidos y la República Democrática del Congo) exhortando a Israel a destruir el muro de separación de los Territorios Ocupados y a poner fin a su política de asentamientos en esas zonas. Tres meses después, la Corte Internacional de Justicia, máximo órgano judicial de la ONU, aprobó su fallo: el muro que Israel construía en Cisjordania era ilegal, debía ser destruido y los palestinos tenían que ser indemnizados.

La decisión de la Corte tiene carácter meramente consultivo y no es vinculante, por lo que su contenido no sería una orden sino una mera recomendación. El Ejecutivo israelí consideró que el dictamen ignora el terrorismo palestino ya que, después de que fuera erigida la barrera, la cantidad de víctimas ha disminuido de forma sustancial. El ministro de Justicia israelí, Yosef Lapid, anunció que su país no cumpliría el fallo de la Corte Internacional de Justicia porque está compuesta por jueces europeos sin simpatías hacia Israel.

 

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