FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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La posición del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas)

III. Imposición y crisis del neoliberalismo en el Tercer Mundo

 

En sus discursos en la campaña electoral del 2006 dejó de lado los aspectos más radicales de su carta constitucional con respecto a la eliminación del Estado de Israel. En los comicios que le dieron el mayor caudal de votos, recogió, junto a los propios, los de muchos que quisieron castigar a Al Fatah

Después del triunfo en las elecciones legislativas de enero de 2006, Hamas reafirmó su reivindicación de una Palestina unida sin la presencia del Estado de Israel y el acuerdo con los judíos.

Entrevista de Red de Prensa No Alineados, a Moshir al Masri vocero de Hamas el 25de enero de 2006.

 

MOSHIR AL MASRIMOSHIR AL MASRI

 

Silvia Cattori: Luego del asesinato del jeque Yassin, líder espiritual de Hamas, en 2004, las autoridades israelíes justificaron su liquidación afirmando que era el Bin Laden palestino. Propalaron la idea de que el movimiento islámico Hamas tenía lazos con Al Qaeda. En el extranjero, cuando los periodistas hablan de Hamas lo hacen generalmente para presentar a sus miembros como «terroristas» no como combatientes de la resistencia. A ustedes se les reprochó su rechazo al proceso de paz de Oslo, en lo cual los hechos demostraron que ustedes tenían razón. La idea generalizada es que «Hamas no acepta la existencia de Israel… que ningún judío podrá quedarse en Palestina… que todo judío es un blanco y debe ser eliminado». ¿Qué responden ustedes a quienes les acusan de querer «echar los judíos al mar» y de rechazar «el derecho de Israel a existir»? ¿Puede usted precisar su posición política sobre esos puntos?

 

Moshir al-Masri:

En lo tocante al rechazo de la existencia de Israel y del mantenimiento de la presencia de los judíos en Palestina, permítanos establecer una distinción entre los judíos como tal, o sea como adeptos de una religión, a los que respetamos y con quienes compartimos una historia honorable a través de la historia musulmana, y una ocupación presente en nuestro territorio. El problema no es por consiguiente un problema con los judíos. Damos la bienvenida a los judíos que quieran vivir con nosotros –esta es además una actitud permanentemente comprobada a lo largo de la historia del Islam, incluso desde la época de nuestro Profeta Mahoma. El problema reside en la ocupación impuesta a nuestra tierra. Nuestro problema es, por tanto, esa ocupación. Por consiguiente, nuestra resistencia es legal, en virtud de todas las leyes y reglas internacionales. Además, casi todas las revoluciones, a través del mundo, han tenido como objetivo acabar con la ocupación de un territorio. Así sucedió en plena Europa y en América y, por consiguiente, tenemos derecho a defendernos y a expulsar al ocupante de nuestro suelo. Se dice que el movimiento Hamas quiere «echar los judíos al mar». Son alegaciones falaces e infundadas. Respetamos el judaísmo como religión y a los judíos como seres humanos. Nos oponemos, en cambio, a una ocupación que nos expulsa de nuestras tierras y que ejerce todas las formas de agresión, mediante el uso de las armas más atroces, contra nuestro pueblo palestino. De ello se desprende que no podemos aceptar esa ocupación. Permítame poner un ejemplo de ello: si un hombre tiene una casa y alguien viene a ocupar esa casa, y más tarde el ladrón acepta cuando más concederle una pequeña habitación de esa casa a su legítimo propietario, durante lo que él mismo llama «negociaciones», diciéndole «el resto me pertenece», ¿puede alguien aceptar esa situación? ¿Es aceptable que lo echen a uno de su propia casa y reconocer después que la casa pertenece a quien la robó? ¿Y tener además que negociar con el ladrón para tratar de recuperar una habitación minúscula, y tener que soportar sus alegaciones? ¿Y si, además, el ladrón mata a nuestros hijos, destruye nuestros cultivos y acaba con nuestros medios de subsistencia? No, ninguna religión acepta eso, ni nadie dotado de su sano juicio.

 

Silvia Cattori A fines de 2002, cuando me entrevisté con el doctor Rantisi, ustedes todavía no se veían obligados a vivir escondidos. Las cosas empeoraron considerablemente desde 2003: Hamas está en la lista negra de organizaciones «terroristas», el doctor Rantisi fue asesinado, al igual que cientos de cuadros importantes. ¿Cómo interpreta usted el hecho de que ninguna instancia, ningún Estado occidental tome en cuenta la gravedad de la violación de la legalidad internacional por parte de Israel mientras que ustedes son considerados como un enemigo, que no se aplique el derecho internacional en el caso de Israel –que pisotea los principios de la justicia, la vida humana, que violó más de 65 resoluciones del Consejo de Seguridad?

 

Moshir al-Masri: En lo concerniente a la clasificación de Hamas entre los movimientos «terroristas», le responderé que es evidente que esa clasificación no es ni fundada ni admisible. Hamas ejerce una resistencia honorable y equilibrada. Decir que se trata de un movimiento «terrorista» es inaceptable. No somos «terroristas», no predicamos el asesinato, no le robamos nada a nadie y no somos nosotros los ocupantes. Entonces, ¿por qué nos califican así? Nos defendemos ante las incursiones, los arrestos, los asesinatos selectivos, ante la utilización por Israel de las armas más crueles para golpear sin piedad y arbitrariamente a los civiles. Tenemos derecho a defendernos. Pero está claro que Estados Unidos favorece abiertamente a Israel. Por otra parte, está también la debilidad de Europa ante la posición estadounidense. No podemos menos que constatar que de ella se deriva una complicidad europea hacia Israel, basada en el alineamiento pro israelí de la administración estadounidense. Llamamos a los ciudadanos de todo el mundo a un reexamen de la naturaleza del conflicto palestino-sionista y a comprender que, ante la tregua que nosotros observamos y que los israelíes violaron, el problema no reside en el pueblo palestino ni en su legítima resistencia sino del lado de la agresión de la que es víctima nuestro pueblo”.

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