FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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II. Crisis de los Imperios Coloniales y emergencia del Tercer Mundo

De Bandung al Movimiento de Países No Alineados


Mientras los imperios se resquebrajaban, los nuevos países buscaron fortalecer su posición en el escenario internacional a través de la acción mancomunada. En marzo de 1947, aún la India no había sido reconocida como Estado independiente, Nueva Delhi fue sede de una reunión para denunciar el colonialismo. Dos años después una nueva conferencia, también en la India, se pronunció a favor de la independencia de Indonesia. El encuentro entre países del sureste asiático, celebrado en 1954 en Sri Lanka, apoyó la independencia de Indochina y la incorporación del gobierno chino encabezado por Mao al Consejo de Seguridad de la ONU Ese mismo año, Estados Unidos decidió fortalecer su posición en la región con la creación del Tratado de Defensa Colectiva del Sureste Asiático (SEATO).
El grupo de Colombo ¬creado en 1954 e integrado por India, Indonesia, Pakistán, Birmania y Sri Lanka¬ organizó una conferencia afroasiática en la ciudad montañosa de Bandung (Indonesia). Alli se concentraron, en abril de 1955, representantes de veintinueve países, en su mayoría asiáticos, seguidos por árabes y una minoría de africanos. Los asistentes integraban un conjunto heterogéneo: estaban Vietnam del norte y del sur; China comunista, Japón, que pronto ingresaría al bloque de países altamente desarrollados; Turquía, Irán e Irak, a un paso de concluir acuerdos defensivos con Gran Bretaña; Ghana, todavía con el nombre de Costa de Oro próxima a alcanzar la independencia, junto a los únicos Estados soberanos de África, Egipto, Etiopía, Liberia y Sudán.
Entre los excluidos se encontraban China nacionalista, las dos Coreas e Israel. Junto al anfitrión indonesio Sukarno, estuvieron el presidente de la India Nehru, el de Egipto Nasser y el primer ministro chino Chou en Lai.El poeta y primer presidente de Senegal, Léopold Sedar Senghor, definió la conferencia de Bandung como un disparo de cañón y la comparó en importancia histórica con el Renacimiento.


LA CONFERENCIA DE BANDUNG






LA CONFERENCIA DE BANDUNG



 


En su discurso inaugural, Ahmed Sukarno recalcó que se trataba de "la primera reunión transcontinental de las razas de color". También señaló que el colonialismo era un enemigo astuto, en consecuencia, la lucha anticolonialista no podría considerarse terminada hasta que esa doctrina y práctica política no fuera erradicada por completo. El hecho de que los países asiáticos y africanos se hubiesen unido en la lucha contra el colonialismo y el racismo, no implicaba, según Sukarno crear un bloque enfrentado a otros, sino poner rumbo hacia la paz de los pueblos de ambos continentes y del conjunto de la humanidad.
El enfásis de la reunión estuvo puesto en la caracterización del colonialismo como un mal que negaba los Derechos Humanos fundamentales y era contrario a la Carta de Naciones Unidas y en la necesidad de consolidar un campo de no alineados para impedir una guerra que en el presente significaría la destrucción del mundo. fuente
Los participantes denunciaron la segregación racial y la discriminación puesta en práctica por algunos regímenes africanos. Las declaraciones en el terreno económico fueron conciliadoras con el orden vigente. Los dirigentes afroasiáticos destacaron la posibilidad de lograr el crecimiento económico mediante la intensificación de la cooperación entre sus miembros, sin dejar de reconocer la "valiosa cooperación prestada por las inversiones extranjeras a la implementación de sus programas de desarrollo". Recomendaron la creación de un Fondo Especial de Naciones Unidas para el desarrollo, así como el envío de una mayor parte de recursos del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo hacia esos países.
La no alineación estaba signada por marcados contrastes entre las posiciones de los asistentes respecto a los bloques rivales: mientras India y Egipto (sin ser comunistas)  establecieron fuertes vínculos con la URSS. Los países más pro occidentales, por ejemplo Turquía, Irak, Pakistán, Ceilán, defendían la posibilidad de que cada país se integrara en alianzas militares regionales como la SEATO o el Pacto de Bagdad. Estos países intentaron que la conferencia aprobara una resolución condenando todos los imperialismos, incluido el soviético, pero fracasaron en su empeño. El prestigio de la URSS y el reciente pasado bajo la dominación colonial europea eran aún muy fuertes
En este contexto, el discurso del primer ministro de China subrayó la conveniencia de apostar a la unión en virtud de la alta significación de todo aquello que compartían y a través del respeto a las diferentes opciones políticas e ideológicas presentes en los países que emergían. fuente
El comunicado final logró una síntesis de todas las posiciones. fuente
En julio de 1956, Nasser y Nehru visitaron a Tito en Brioni donde acordaron promover los principios de no alineamiento y coexistencia pacífica. Cinco años después se ponía en marcha el Movimiento de Países No Alineados.


NASSER, TITO Y NEHRU EN BRIONI







NASSER, TITO Y NEHRU EN BRIONI







El concepto Tercer Mundo, acuñado en los años cincuenta, englobó a un conjunto heterogéneo de países de Asia, África y América Latina con problemas similares: un orden económico dependiente de la exportación de alimentos y materias primas, altas tasas de analfabetismo, un fuerte crecimiento demográfico y escenarios políticos signados por el autoritarismo, el protagonismo militar y la fragilidad de la democracia. Después de Bandung, a principios de los años sesenta, estos países formaron el Movimiento de Países No Alineados nota. La primera conferencia reunida en Belgrado en septiembre de 1961 contó con la presencia de veinticinco países; de América Latina, sólo Cuba participó en calidad de miembro.


CONFERENCIA DE PAÍSES NO ALINEADOS EN BELGRADO 1961






CONFERENCIA DE PAÍSES NO ALINEADOS EN BELGRADO 1961








LOS PRESIDENTES JAWAHARLAL NEHRU DE INDIA, KWAME NKRUMAH DE GHANA, GAMAL ABDEL NASSER DE EGIPTO, AHMED SUKARNO DE INDONESIA, Y JOSEP TITO DE YUGOSLAVIA.


El principal objetivo de Bandung: mantenerse al margen de la disputa entre las grandes potencias, fue esencialmente político. A partir de Belgado, las conferencias de El Cairo (1964), Lusaka (1970) testimoniaron una creciente preocupación por los temas económicos.
En década de 1970, el Movimiento de No Alineados cada vez más extendido geográficamente se centró en la necesidad de reformular el orden económico. En Argel (1973) ¬con la asistencia de 76 miembros a plenos derechos, 14 observadores oficiales, que representaban a 90 países, y además representantes de 14 movimientos de liberación nacional¬ nació el concepto de nuevo orden económico mundial para poner fin al neocolonialismo: un sistema de explotación que, según los tercermundistas, impedía el crecimiento económico de los nuevos países a raíz de su condición de naciones dependientes y subordinadas a las decisiones de los Estados capitalistas centrales. En ese momento, la amenaza de la guerra nuclear que había sido clave en Bandung, perdía dramaticidad en virtud los cambios producidos en el escenario internacional: la política de distensión entre los Estados Unidos y la URSS, y entre Washington y Pekín; la presencia de dos nuevos polos de gran peso económico y político, el Japón y el Mercado Común Europeo, encabezado por Alemania y por último la fractura del campo comunista con la rivalidad entre China y la URSS.
La presencia latinoamericana varió en Argel, en las tres conferencias anteriores, el único país miembro fue Cuba y fluctuó el número de observadores. En la IV conferencia, los países miembros fueron seis: Argentina, Cuba, Chile, Perú, Guayana, Trinidad Tobago y Jamaica, continuando como observadores Barbados, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Uruguay y Venezuela.
En la introducción de la Declaración Económica se destacó que la disminución de la tensión internacional no tuvo mayor influencia positiva para el desarrollo económico de los países pobres ya que para ellos: “el imperialismo es siempre el más grande obstáculo en el camino de la emancipación y del progreso (…). El imperialismo no solo se opone al progreso económico y social, sino que adopta una actitud agresiva con respecto a los que afrontan sus propósitos, tratando de imponerles las estructuras políticas, sociales y económicas que favorecen la dominación foránea, la dependencia o el neocolonialismo”.
El documento enumeró las principales dificultades que amenazaban, en los últimos tiempos, a los países en desarrollo: aumento de la inflación y, en consecuencia, de los precios de las mercaderías de importación; las presiones sobre las balanzas de pago por la transferencia de ganancias de los inversionistas extranjeros privados; el pago de las altas deudas exteriores y las consecuencias de la crisis monetaria internacional. Se incluyeron datos que confirmaban la brutal desigualdad: el Tercer Mundo comprendía un 70% de la población mundial y subsistía con solo un 30% del ingreso mundial. El ingreso anual medio del decenio por habitante era de 3.500 dólares en los países desarrollados y de 265 dólares para los subdesarrollados. De los 2.600 millones de habitantes de Tercer Mundo, 800 millones eran analfabetos, casi mil millones sufrían insuficiente nutrición o hambre y 900 millones tenían un ingreso diario inferior a 30 centavos de dólar.
Se apoyó “sin reservas el derecho a la aplicación del principio según el cual las nacionalizaciones realizadas para proteger las riquezas naturales de algún país, y que son a la vez expresión de su soberanía, otorgan solamente a tal estado el derecho de determinar el monto del eventual perjuicio, como también las formas en que será pagado y que cualquier eventual conflicto en esta materia debe ser solucionado sobre la base de las leyes nacionales de cada estado”.
Para salir de su situación, se destacó que los países no alineados debían apoyarse en sus propias fuerzas, por separado y colectivamente, y esto a través de medidas tales como: el incremento del comercio mutuo; la colaboración regional con el fin de coordinar el desarrollo; el establecimiento de una colaboración de los bancos centrales nacionales y el estudio de las posibilidades de formar instituciones financieras conjuntas.
La última conferencia de este periodo de expansión del Movimiento, La Habana (1979), tuvo una altísima concurrencia, pero ahora la distensión había dado paso a la Segunda Guerra Fría y el creciente enfrentamiento entre las dos superpotencias afectó las relaciones entre los dirigentes del Movimiento de No Alineados.

CASTRO CONVERSANDO CON TITO EN LA HABANA 1979.







CASTRO CONVERSANDO CON TITO EN LA HABANA 1979.




 

El anfitrión, Fidel Castro, se definió a favor de las luchas de liberación del Tercer Mundo y dio su apoyo definido a Moscú. fuente Su posición no era compartida por muchos de los asistentes al encuentro, entre ellos, uno de los fundadores del movimiento, el presidente yugoslavo. Antes del inicio del evento, Tito viajó a Argelia para defender la idea de que la unidad de los No Alineados corría peligro si se acentuaba el acercamiento a la influencia soviética. Los conflictos que dividían a los miembros del grupo básicamente eran: la invasión vietnamita a Camboya, la presencia cubana en Angola y el deseo de los países árabes de ver expulsado a El Cairo en virtud de que su gobierno había firmado la paz con Israel. Tito quería mantener a los No Alineados fuera de la influencia cubano-soviética.
A partir de la década de 1980, el mundo sufrió cambios radicales, entre ellos, el derrumbe del bloque soviético y el fin del orden bipolar. Aunque ya no existen dos superpotencias cuya rivalidad pueda desembocar en la destrucción mundial, el Movimiento de Países No Alineados continúa existiendo, su última reunión se concretó en Irán en agosto de 2012, pero los desafíos que los convocan y los debates que marcan divergencias entre unos y otros países son hoy de naturaleza diferente a los del período aquí analizado.



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