FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

ISBN 957 950 34 0658 8

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Acerca del director

 

 

Nacido en Boston en 1935, Freerick Wiseman es uno de los más importantes realizadores del género documental de las últimas décadas y un director clave del cine contemporáneo. 

Reconocido como maestro del “documental observacional” o del “documental institucional”, -etiquetas que ha declinado persistentemente y que aluden al peso decisivo en su cine de una mirada aparentemente neutral sobre el funcionamiento de las instituciones- Wiseman es en realidad un auténtico autor, un cineasta delicado y reflexivo, tanto en el tratamiento de la distancia con su material en el momento del registro, como en la construcción posterior, por medio de la selección y el montaje, de relatos minuciosos y sensibles a partir de esos materiales aparentemente lineales recogidos con su cámara. El cine de Wiseman puede partir de la observación pero está muy lejos de agotarse en esa posición fundante, antes bien, se despliega como la elaboración de una mirada personal sobre el mundo y sobre los sujetos, en situaciones muy diversas, aparentemente poco “dramatizables”, a partir de las que, sin embargo, el director despliega su propia mirada discreta y sensible de su tiempo y trabaja como un dramaturgo exponiendo las diversas formas del drama humano contemporáneo a partir de materiales no actuados y en circunstancias cotidianas corrientes que ocurren en espacios muy poco habituales para el cine, incluso para el considerado convencionalmente como documental.  

 

 

FREDERICK WISEMAN

FREDERICK WISEMAN, AMPLIACIÓN DEL CAMPO DE LA MIRADA

 

Todo esto se puede apreciar en el film que consideramos, un notable documento de época que recoge, más allá de toda identificación inmediata, una instancia capital del funcionamiento del estado en su tiempo, sin naturalizarla, reducirla ni explicarla. Este film que parece realizado por un autor invisible sólo puede ser, sin embargo, producto de una mirada personal cuidadosa de lo que podía resultar natural en su presente y que se nos ofrece al paso del tiempo como una obra cinematográfica desbordante de sentidos históricos, por su capacidad de registrar a los diferentes sujetos, a los diversos sentidos que expresaban o se dirimían en sus intercambios y a lo que ese universo burocrático narraba y exponía sobre el mundo y lo que sigue narrando e interrogando casi medio siglo más tarde.

Perteneciente a una generación de cineastas dispuestos a extender los límites convencionales del cine clásico, también dentro del universo “documental”, el joven Frederick –ya titulado como abogado- comenzó a dirigir en 1963, a la par de algunos otros colegas que exploraban la realización en esa misma dirección, como los hermanos Albert y David Maysles –que hicieron un film inclasificable a partir del registro cotidiano del trabajo de un grupo de vendedores ambulantes, el notable Salesman (1969); o Lionel Rogosin, realizador de dos filmes notables, On The Bowery (1957) y Come back África! (1959), que partían del registro directo de ciertas realidades sociales para elaborar a partir de allí filmes de textura compleja que articulan también formas y procedimientos característicos de la ficción.

La obra de Wiseman merece una consideración mucho mayor de la que ha recibido hasta hoy, sobre todo por parte de los historiadores y de los científicos sociales en general. Quienes intentan reducirla a una mirada socio antropológica válida sobre todo por la posición del registro o por la curiosidad de sus temas, olvidan u omiten que esta obra fue pionera de este tipo de cine en su contexto, que su posibilidad fue de la mano de la existencia cada vez más amplia de los espacios que indaga y expone de manera poderosamente anti naturalista y de la importancia creciente de esos espacios sociales y culturales en su tiempo; Pero se omite, sobre todo, que es el producto de una mirada personal del mundo que ha atisbado en los espacios menos pensados ciertas constantes de la sociedades modernas y ciertas experiencias universales que sólo pueden ser conocidas en estrictos casos particulares. Wiseman es ese autor que ha hecho cine con aquello que no había pasado  aún por el ojo del cine.

Otros diez filmes fundamentales de Frederick Wiseman

-       Titicut follies (1967), sobre un hospital psiquiátrico para convictos en Massachussets. Su difusión pública estuvo prohibida hasta 1992.

 

-       Escuela secundaria (High school, 1969). Sobre el intercambio cotidiano entre docentes y estudiantes en una escuela de Massachussets.

 

-       Hospital (1970). A partir de las actividades diarias en el hospital metropolitano de Nueva York.

 

-       Corte juvenil (Juvenile court, 1973). Sobre el funcionamiento de la corte juvenil de Menphis.

 

-       La tienda (The store, 1983). Empleados y clientes en una gran tienda de Dallas en vísperas de la navidad.

 

-       Cerca de la muerte (Near death, 1989). En un hospital de Boston, doctores, enfermeras y pacientes en relación con casos de enfermedades terminales. 

 

-       Central Park (1990). Los universos varios que coexisten en el marco del universo propio del mítico parque neoyorquino.

 

-       Violencia doméstica (Domestic violence, 2001). Sobre la vida cotidiana de mujeres y niños víctimas de violencia doméstica alojados en un refugio de Florida.

 

-       La última carta (La derniere lettre, Francia, 2002). Monólogo a partir de un fragmento de Vida y destino, novela del escritor ucraniano Vasili Grossman, en el que se narra la última carta que una madre judía internada en un gueto ucraniano envía a su hijo que combate en la segunda guerra mundial.

 

-       In Jackson Heights (2015). Una comunidad del barrio de Queens en Nueva York en la que coexisten múltiples culturas y se hablan aún 167 lenguas.

 

 

 

 

Marcelo Scotti

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