FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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Crímenes de guerra

V. La Segunda Guerra Mundial y el Holocausto


Los juicios de Nuremberg fueron celebrados entre 1945 y 1946, en la ciudad alemana donde tuvieron lugar los congresos anuales del Partido Nacionalsocialista. En el proceso principal, los antiguos líderes nazis fueron acusados y juzgados como criminales de guerra por un Tribunal Militar Internacional.

La autoridad de este Tribunal emanaba del Acuerdo de Londres, firmado el 8 de agosto de 1945 por representantes de los EE.UU., Gran Bretaña, la URSS y el gobierno provisional de Francia, que dispuso la constitución de un tribunal integrado por un delegado de cada uno de los países signatarios, que juzgaría a los más importantes criminales de guerra del Eje. Posteriormente, 19 países aceptaron el documento.

El 18 de octubre de 1945 el Tribunal recibió la acusación que se basaba en cuatro cargos: 1) crímenes contra la paz (planear, instigar y librar guerras de agresión violando los acuerdos y tratados internacionales); 2) crímenes contra la humanidad (exterminio, deportaciones y genocidio); 3) crímenes de guerra (violación de las leyes de guerra), y 4) “haber planeado y conspirado para cometer” los actos criminales anteriormente mencionados.

Los argumentos de la defensa pretendieron negar la competencia del Tribunal y poner de manifiesto la dificultad de aplicar unas leyes con carácter retroactivo. Las acusaciones describían delitos que no eran tales en el momento de haberse cometido, porque no existían las leyes internacionales que habían sido creadas con posteridad. La defensa recordó que los países acusadores mantuvieron relaciones con la Alemania de Hitler incluso durante los primeros años de guerra, tal el caso de los Estados Unidos. Las leyes raciales en Alemania ya estaban vigentes cuando se celebró la conferencia de Munich en 1938 o el pacto ruso-germano al año siguiente. Especialmente se hizo hincapié en la obediencia debida y en la supuesta ignorancia por parte de los implicados en la llamada solución final. Los jueces, sin embargo, querían sentar jurisprudencia y condenar no solo a los jefes nazis sino a la guerra misma y a sus horrores. El juicio de Nuremberg fue concebido para que se transformara en una norma de conducta para la humanidad, y así poder impedir futuras tragedias.

Después de 216 sesiones, el 1 de octubre de 1946 emitió el veredicto: tres acusados fueron absueltos (Hjalmar Schacht, Franz von Papen y Hans Fritzsche), cuatro fueron condenados a penas de entre 10 y 20 años de cárcel (Karl Dönitz, Baldur von Schirach, Albert Speer y Konstantin von Neurath), tres fueron condenados a cadena perpetua (Rudolf Hess, Walther Funk y Erich Raeder) y, finalmente, 12 fueron condenados a muerte. Diez de ellos fueron ahorcados el 16 de octubre de 1946 (Hans Frank, Wilhelm Frick, Julius Streicher, Alfred Rosenberg, Ernst Kaltenbrunner, Joachim von Ribbentrop, Fritz Sauckel, Alfred Jodl, Wilhelm Keitel y Arthur Seyss-Inquart); Martin Bormann fue condenado “in absentia” y Herman Göring se suicidó en su celda antes de la ejecución. El industrial Gustav Krupp, incluido en la lista de acusados, no fue juzgado por su edad.


Criminales nazis en el proceso principal de Nuremberg






CRIMINALES NAZIS EN EL PROCESO PRINCIPAL DE NUREMBERG








A LA IZQUIERDA (DE ARRIBA ABAJO): HERMANN GOERING, RUDOLF HESS, JOACHIM VON RIBBENTROP, WILHELM KEITEL; A LA DERECHA (DE ARRIBA ABAJO): KARL DOENITZ, ERICH RAEDER, BALDUR VON SCHIRACH Y FRITZ SAUCKEL


Existieron además una serie de juicios llevados a cabo con posterioridad, donde se juzgó a funcionarios del Estado, jefes del ejército, industriales alemanes, médicos, jueces. Además, los esfuerzos de quienes, como Simon Wiesenthal y Beate Klarsfeld, no aceptaron que hubiera criminales sin castigo, llevaron a la captura, la extradición y el juicio de varios nazis que habían escapado de Alemania después de la guerra. Uno de ellos fue Adolf Eichmann, procesado en Jerusalén después de haber sido secuestrado en la Argentina en mayo de 1960 por agentes del servicio de seguridad israelita. Eichmann fue encontrado culpable y condenado a muerte. Con el material de Leo T. Hurwitz, quien filmó 350 horas del juicio en video, el israelí Eyal Sivan dirigió el documental Un especialista, en 1999.

En el caso de Japón, los procesos contra los criminales de guerra estuvieron a cargo del Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente, integrado por jueces procedentes de los países victoriosos. Inició su labor en agosto de 1946 y fue disuelto en noviembre de 1948. Las actuaciones de este tribunal se aplicaron solo a la jerarquía residente en Japón mismo, ya que se realizaron juicios ad hoc en diferentes lugares de Asia contra individuos particulares, por lo general miembros del Ejército y la Administración japonesa. Fue muy polémica la exclusión del emperador Hirohito de los acusados. Los aliados aceptaron el criterio del general Douglas MacArthur –comandante supremo de las fuerzas aliadas en el Pacífico– de mantener al emperador como garantía de estabilidad y de reconstrucción del Japón vencido. Fue el primer emperador japonés que viajó a Europa y a Estados Unidos, en los años setenta.

Una de las acciones aún objeto de controversia en China y Japón es la captura de la ciudad de Nankín por los japoneses a fines de 1937. El gobierno chino sostiene que hubo una masacre de civiles, mientras que en Japón prevalece la opinión de que fue una operación militar.


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