FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

ISBN 957 950 34 0658 8

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Carpeta 2. El quiebre del liberalismo y la crisis del capitalismo (1918-1939/1945)

II. La gran depresión y la crisis del liberalismo


M (el vampiro), de Düsseldorf

 

Acerca del director

 

         M 3

Fritz Lang

 

            Para muchos especialistas Fritz Lang fue el más grande director de cine de la historia; en todo caso hay coincidencia universal respecto de la importancia capital de su obra y de su figura. Lang nació en Viena, la capital del imperio austrohúngaro y de la cultura occidental de la época, en 1890, y murió en Los Ángeles en 1976. Este solo dato cuenta una parte importante de su historia. La obra de Lang, como la de muchos otros grandes cineastas de mediados del siglo XX, se inició en Europa y continuó en Hollywood a partir del amenazante avance del nazismo en la década de 1930.

            Hijo de un constructor austríaco y de una judía convertida al catolicismo, Lang incursionó temprano en las artes por el camino de la pintura. El estallido de la gran guerra lo llevó al frente de batalla, donde resultó gravemente herido. Durante su convalecencia comenzó a escribir guiones para cine, actividad que desplegaría en Berlín al final de la guerra, integrándose como guionista, actor y finalmente director a la célebre UFA, la compañía más importante del incipiente cine de la república de Weimar. Allí conoció a Thea von Harbou, también guionista y actriz de la compañía. Casados en 1922, Fritz y Thea se separaron en 1933, cuando Lang declinó la oferta de Josef Göebbels para dirigir el Instituto Alemán de cine bajo las órdenes del nazismo. Esa misma noche, el director huyó en un vuelo secreto hacia Paris, dejando Alemania en la cima de su prestigio y de su carrera.

            En 1934 Lang emigró a los Estados Unidos, donde continuó su carrera como director bajo contrato del estudio más importante, Metro Goldwin Mayer. Lang realizó en Hollywood 23 películas, y volvió a filmar a Alemania sus últimas tres obras, entre 1959 y 1960.

            Es sumamente difícil sintetizar los rasgos estilísticos más importantes de su obra. Lang fue vanguardista en la cima de la vanguardia alemana y fue vanguardista en medio de los relucientes decorados de la industria de Hollywood. Todas sus películas presentan una complejidad llamativa, apoyada en procedimientos narrativos en los que el montaje entre planos, escenas y secuencias adquiere una relevancia mayúscula para la construcción de sentido y sobresale de manera general la preeminencia de las imágenes por sobre las palabras. Las influencias del expresionismo se perciben en casi todas sus películas, pero el genio de Lang no puede circunscribirse a una corriente estética ni expresarse sintéticamente. Como en todo gran cineasta, ahí están sus obras para interrogar el mundo y el cine y narrar sentidos silenciados u ocultados en los procedimientos cinematográficos corrientes. A más de treinta años de su muerte, la filmografía de Fritz Lang sigue siendo, sin lugar a dudas, una de las más influyentes de la historia del cine mundial.

 

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