La Liga Musulmana

Con pocos años de distancia del proyecto reformista elaborado por Afghani , en la India, Muhammad Iqbal planteaba su malestar frente al ocaso del islam.

MUHAMAD IQBAL (1877-1938)

Iqbal estudió en Gran Bretaña y Alemania, y ganó fama como erudito por sus trabajos sobre filosofía política y religiosa del islam. También se lo reconoce oficialmente como el “poeta nacional” de Pakistán. Su estadía en Europa y su conocimiento del pensamiento occidental lo decepcionaron, porque propagaban la separación de la religión y la vida pública, y debido al materialismo que percibió en esa cultura. Una vez excluida la espiritualidad religiosa del ámbito público, para Iqbal la tarea del Estado quedaba mutilada, reducida a la creación y promoción del bienestar material.

En su tierra natal, entonces colonia británica, Iqbal visualizó con preocupación el ocaso del islam frente a la mayoría hindú. Desde este diagnóstico, propuso la aproximación a los conocimientos modernos y a la democracia, pero a través de la recuperación de los valores de la comunidad musulmana originaria. Aunque reconoció aspectos positivos en los cambios puestos en marcha en Turquía después de la Primera Guerra Mundial, en contraste con la decisión de Atatürk de abolir el califato para crear una república secular, Iqbal soñaba con una república islámica comprometida con cierto panislamismo universalista.

Fue parte en la creación de la Liga Musulmana en 1906 y mantuvo una estrecha relación con los dirigentes musulmanes que intervendrían en la creación de Pakistán al concluir la dominación británica del subcontinente indio en 1947. El papel de Iqbal en la acción política fue menor; pero su doctrina cautivó a varios jefes políticos musulmanes, Muhamad Ali Jinnah y Mawlana Mawdudi entre ellos.

En sus primeros años la Liga no propuso la creación de un Estado musulmán independiente; sus actividades privilegiaban la protección de las libertades y los derechos musulmanes junto con la promoción del entendimiento entre la comunidad musulmana y el resto de los indios para controlar las acciones del gobierno colonial y evitar la violencia.

Muhamad Ali Jinnah que acabaría convirtiéndose en el líder de los musulmanes indios e impulsor de la construcción del Estado de Pakistán, inició su militancia política en el Partido del Congreso (CNI). Cuando la ley Morley-Minto (1909) creó el Consejo Legislativo, Jinnah fue uno de los diputados elegidos. En ese momento se acercó a una facción de la Liga Musulmana que intentaba actuar en forma conjunta con el CNI. En 1916 ambas organizaciones firmaron el pacto de Lucknow, que aseguró una representación a los musulmanes en los consejos legislativos, aun en aquellas provincias en que eran minoritarios. Este acuerdo abrió un período de acción conjunta.

El distanciamiento de Jinnah se produjo en el marco de las acciones contra la Rowlatt Act en 1919 que, en su inicio, fueron encaradas en conjunto con el CNI a través de una campaña de desobediencia civil. Cuando Gandhi decidió, luego de violentos incidentes, dar fin a la protesta, Jinnah discrepó de esta decisión. En los años siguientes se apartó del CNI, básicamente en virtud del incumplimiento del pacto de Lucknow.

Su actividad durante la década de 1920 se concentró, sin lograrlo, en que el Congreso reconociera la representación legislativa separada para los musulmanes. En esos años, además, careció de una posición consolidada en la Liga, en parte porque sus miembros de la clase alta mantenían una actitud conciliadora con respecto a la administración británica. Con la ley aprobada en 1935 que reconocía una representación separada a las minorías, Jinnah encaró la reorganización de la Liga y consolidó su conducción.

Al año siguiente de que estallara la Segunda Guerra Mundial, la Liga aprobó la resolución de Lahore, que reclamaba al gobierno británico la división de la colonia en dos naciones independientes. Según Jinnah, “Los hindúes y los musulmanes pertenecen a diferentes religiones, filosofías, costumbres sociales y literatura [...]. Es bastante claro que los hindúes y los musulmanes reciben su inspiración de diferentes fuentes históricas. Ellos tienen epopeyas diferentes, héroes diferentes y episodios diferentes [...]. Unir a tales naciones bajo un solo Estado, una como una minoría numérica y la otra como una mayoría, deberá conducir al descontento creciente y la destrucción final de cualquier producto que pueda ser construido por el gobierno de tal Estado”.

Jinnah pretendía crear una nación moderna con instituciones inspiradas en el modelo británico, quería convertir a Pakistán en el Estado de los musulmanes, no en un Estado islámico. Los grupos islamistas ortodoxos no compartían esta visión. La Sociedad Islámica (Jamaat-e-Islami) creada en los años cuarenta por Mawlana Mawdudi, periodista y discípulo de Iqbal, rechazaba todos los nacionalismos, ya que negaban el universalismo islámico.

MAWLANA MAWDUDI (1903-1979)

Después de la muerte de su maestro, Mawdudi desarrolló una doctrina más fundamentalista, según la cual los musulmanes debían ser fieles a la letra del Corán y la Sunna. Desde su perspectiva, la democracia islámica era la antítesis de las democracias seculares, porque estas se fundaban en la soberanía en el pueblo, mientras que un gobierno islámico debía aceptar la supremacía de la ley islámica por encima de todos los aspectos de la vida política. En el momento de la independencia, esta organización no tuvo una presencia significativa, pero en la década de 1970 los seguidores de Mawdudi asumieron un papel destacado en la islamización de Pakistán promovida desde el gobierno.

Algunos años antes de la creación de la Sociedad Islámica, Hassan al Banna fundaba en Egipto los Hermanos Musulmanes, una organización político-religiosa que proponía la revitalización del islam bajo el lema “el Corán es nuestra constitución”.